14 febrero 2008

¿Enemigos de Graham Bell?

En el título de nuestro blog aparece una frase como “coletilla”, “…puto teléfono…”, lo que podría indicar nuestra aversión a este invento moderno, o a la dependencia actual de sus versiones móviles.

Y aunque sea cierto que la dependencia de esta sociedad de los moviles para comunicarse es pasmosa, el subtítulo de este blog no nació como una denuncia social, ni una condena a la dependencia de las máquinas que tenemos para comunicarnos con otras personas.

No.

Su origen es mucho más sencillo (y posiblemente sincero), simplemente me salio esa frase del alma.

Como ya dije con anterioridad, el blog nació en la mesa de una cafetería, donde Óscar y yo estábamos cubriendo los diferentes campos del blog desde su portátil. Y uno de esos campos era el título, y la frase que lo describía.

Tras varios intentos de buscar una frase (no es sencillo buscar algo que de sentido a la existencia de algo tan extraño como este blog), nos quedamos en blanco, sin una respuesta. En ese momento, sonó el teléfono de Oscar.

Puto teléfono… Eso fue lo único que dije. No es que fuese para mí, ni que me estuviese molestando (y eso que no hacían más que llamar a Óscar), simplemente, eso fue lo que me salio del alma.

Quizás fuese una respuesta instintiva al hecho de que en ese preciso momento, el teléfono estaba interrumpiendonos la creación de algo personal, o quizás simplemente estaba hasta las narices de algo que se ha convertido en una extensión de nosotros mismos.

Sea cual sea la razón, “… puto teléfono…” surgió de un comentario sincero.

Vaya un origen más humilde ¿no?

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